jueves, 18 de marzo de 2010

El Bernabéu a la vista para los ocho mejores

Finalizaron los octavos de final de la Champions y nos dejaron pocas sorpresas, aparte de la debacle del Madrid la semana pasada.

Los partidos con más nombre, como suele suceder, no fueron para tanto. El Milán fue apenas un juguete en manos del ‘todopoderoso’ Wayne Rooney.

Chelsea e Inter disputaron una eliminatoria a la altura del fútbol que ambos practican, es decir, soporífera. Me alegro del resultado, por no ver este año a un equipo con una propuesta tan mezquina como la del Chelsea disputando unas semifinales y quejándose del arbitraje. Yo como espectador me quejo de su juego y ante eso no pasa nada. Sigue adelante el Inter que es aún peor, pero los italianos caerán en cuartos toque quién les toque.

Por fin alguien le levantó una eliminatoria al Oporto perdiendo en la ida. Un auténtico vendaval fue el Arsenal en el Emirates. El conjunto de Wenger lleva años pecando de inocencia y lastrado en parte por tanta juventud y talento y tan poco juego práctico. Pero los ‘Gunners’ empiezan a crecer y este año ya en la Premier están más cerca, de lo habitual, del liderato. Habrá que ver hasta dónde pueden llegar en la presente temporada.

El Sevilla, por su parte, dijo adiós en octavos ante la supuesta ‘cenicienta’ de la ronda. Pero me permitiré no considerarlo una sorpresa. Ya le pasó ante el Fenerbahçe hace dos temporadas. A los hispalenses se les bajan los humos ante las puertas que deben cruzar para superar su historia. Bombear balones desde 70 metros del área rival a falta de 60 minutos para acabar el partido, pudo resultarle a los italianos en más de una ocasión, pero por lo visto no a los andaluces.

Van Gaal y su Bayern siguen sin decepcionarme. Tuve miedo de tener que retractarme de mis palabras, dije en pretemporada que el rival a batir en la Champions serían los bávaros, pero al borde del abismo todo se arregló. Pudo merecer más la 'Fiore', pero le pasó algo así como al Sevilla, mal de alturas y un arbitraje en la ida que no le ayudó mucho. Pero yo no dije que el Bayern fuese a merecer nada, sólo que sería el rival a batir.

El partido que más me gustó, de la vuelta de octavos, fue el Girondins-Olympiacos. El que tenía menos nombre, que casualidad. Fue un duelo de alternativas que se pudo llevar cualquiera y que nos dejó los destellos de clase de Yoann Gourcuff. Sólo diré: ¡Qué jugador!

Y para acabar, el Barça. Jugará mejor, peor, no tendrá la furia de Etoo, ayer faltó Xavi y Guardiola decidió que le sigue gustando Henry. El Stuttgart tampoco es el Milán de Van Basten, etc. En resumen, sólo una conclusión: No va a ser nada sencillo echar al campeón porque por algo es el vigente campeón.

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